Impacto de la practica de la ciudadanía en la globalización - por Elida Carolina Campa Rodriguez

La Globalización y su Impacto en la Ciudadanía


La globalización y la ciudadanía son conceptos que se entrelazan en el complejo tejido de la sociedad contemporánea, marcada por una creciente interconexión e interdependencia. La ciudadanía, entendida como un status social y jurídico, otorga a las personas derechos y deberes derivados de su pertenencia a una comunidad, generalmente arraigada en aspectos territoriales y culturales (Borja, 2002). Por otro lado, la globalización ha dado lugar a identidades colectivas que trascienden las fronteras físicas, desarrollándose en espacios virtuales y supranacionales. Estos dos fenómenos, aunque aparentemente divergentes, se entrelazan en el escenario actual, influyendo en la forma en que comprendemos nuestra pertenencia a la sociedad.


La ciudadanía, en su esencia, implica el reconocimiento social y jurídico de los individuos en virtud de su vinculación a una comunidad. Este vínculo, a menudo arraigado en aspectos territoriales y culturales, establece un conjunto de derechos y deberes que definen la participación activa de la persona en la sociedad. Es un contrato implícito que da forma a la identidad de un individuo y establece su conexión con una entidad más grande: la comunidad. Este concepto tradicional de ciudadanía ha sido fundamental en la organización y estructuración de las sociedades a lo largo de la historia.


Sin embargo, la globalización ha introducido dinámicas que desafían las nociones tradicionales de ciudadanía. A medida que nos sumergimos en un mundo cada vez más interconectado, emergen identidades colectivas que trascienden las fronteras geográficas y culturales. En este contexto, las interacciones sociales  desempeñan un papel crucial en la formación de identidades que se desarrollan en espacios virtuales, aparentemente desvinculados de los límites territoriales.


Este fenómeno de identidades globales no excluye, sino más bien complementa, las identidades
primordialistas arraigadas en lo religioso, étnico y local
(Bokser, 2006). Vivimos en un mundo donde la dualidad entre lo local y lo global coexiste, y la ciudadanía se ve desafiada a abrazar esta complejidad. La ciudadanía, lejos de ser estática, se adapta a las nuevas realidades impuestas por la globalización.



En este sentido, la ciudadanía no solo se limita a la participación en la esfera local, sino que también abarca la participación en comunidades virtuales y redes globales. La ciudadanía se expande más allá de las fronteras físicas y se redefine en términos de una ciudadanía global. Los individuos ya no son solo ciudadanos de una nación; son ciudadanos del mundo, con responsabilidades y obligaciones que trascienden las limitaciones geográficas.


A medida que nos sumergimos en esta era de interconexión global, es esencial reconocer que la ciudadanía y la globalización no son fuerzas opuestas, sino fuerzas complementarias que moldean nuestra comprensión del individuo en la sociedad. La ciudadanía global emerge como una respuesta a la necesidad de adaptarse a un mundo cada vez más interdependiente.



Entonces, la ciudadanía y la globalización están intrínsecamente entrelazadas en la sociedad actual. La ciudadanía, lejos de ser estática, se transforma para abrazar la complejidad de identidades que se desarrollan en espacios virtuales y supranacionales. La globalización, al desafiar las fronteras geográficas, contribuye a la evolución de la ciudadanía hacia una dimensión global, donde los individuos son ciudadanos no solo de una nación, sino del mundo entero. Este fenómeno refleja la necesidad de redefinir y expandir nuestra comprensión de la ciudadanía en un mundo cada vez más interconectado.



Referencias

Bokser, J. (2006). Ciudadanía, procesos de Globalización y Democracia. Revista Enfoques: Ciencia Política y Administración Pública5, . 163-189.

Borja, J., & Ibarra, A. (2002). CIUDADANIA Y GLOBALIZACION. Edu.Ar. http://municipios.unq.edu.ar/modules/mislibros/archivos/doc29%20.pdf

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